Lucía Etxebarria es una mujer sin pelos en la lengua. Ganadora del premio Planeta en 2003 por su novela, Un milagro en equilibrio, la autora de origen valenciano ha emprendido una cruzada contra la llamada ley “trans”. A su juicio, “si cualquiera es trans, no hay trans y, por lo tanto, lo trans no existe”.
Acoso, insultos, amenazas; Etxebarria se ha convertido en la diana perfecta, según ella, de “la derecha y la izquierda”. Ahora, víctima de la cultura de la cancelación, la escritora, de 55 años, publica, de manera independiente, su nueva novela, Selene y los cuatro elementos. Una historia que trata, en esencia, sobre los hombres que temen a las mujeres que no temen a los hombres. Hablamos con la escritora y psicóloga sobre el papel de la mujer en la literatura y de su carrera, muchas veces menospreciada, en la industria editorial.
¿Cómo es su proceso de documentación?¿Cuánto suele durar?
Depende de la novela. En este caso, casi 4 años. La novela habla de una red de trata que existe en la realidad (he alterado muchísimas cosas) y transcurre entre Argentina y España. La parte de Argentina ha sido complicadísima de realizar tanto por mantener el lenguaje argentino como por contar cómo sucedió realmente sin revelar nombres. Absolutamente todo lo que se cuenta en la novela es real, pero está alterado para que no se reconozca a nadie. Se han cambiado datos, fechas, colores de ojos, etcétera.
El caso del contrabando de efedrina en Argentina entre 2003 y 2008 es una historia de organizaciones criminales complejas, de mafias que actuaban con complicidad estatal. Involucra al gobierno kirchnerista. La misma ruta que se utilizaba para el contrabando de efedrina, se utilizaba y se sigue utilizando para mover a mujeres. Tanto la droga como las mujeres se consideran mercancía para vender. Tanto la droga como las mujeres se trafican.
Entre los años 2003 y 2008, la industria farmacéutica argentina importó cantidades exorbitantes de efedrina en volúmenes que excedían las necesidades sanitarias de ese fármaco como descongestivo. La efedrina no se importaba para fabricar antigripales, sino para su exportación clandestina a México como insumo para la fabricación de metanfetaminas, éxtasis, bazuco y otras sustancias. Esta triangulación de efedrina importada “legalmente” de China y la India y su posterior contrabando a México involucró un negocio clandestino calculado entre los 300 y 500 millones de dólares. La misma ruta de importación y exportación de la efedrina se utilizaba y se utiliza hoy para traficar mujeres.
“Tanto la droga como las mujeres se consideran mercancía para vender. Tanto la droga como las mujeres se trafican”
¿Cómo definiría el personaje de Selene?
El personaje de Selene habla del tema humanista, que me interesa mucho. El hecho de que cada acto de nuestra vida contiene una vida entera (puesto que las decisiones que tomamos no las tomaríamos si no tuviéramos una vida entera que nos ha llevado a ese punto) y también la posibilidad de redención. ¿Puede un psicópata o un sociópata cambiar? Selene es una captadora. Las captadoras son las mujeres que en las redes de trata captan a otras mujeres. A la recién llegada se las engaña, por supuesto, y la forma de engañarles es que una mujer les diga que está ganando muchísimo dinero y que le va maravillosamente trabajando en la prostitución. Selene es una de esas captadoras, pero también ha sido captada en su momento. Es la lógica del vampiro. Quién ha sido mordido, muerde a su vez. Selene se encuentra no solo con la posibilidad de huir, sino también con la posibilidad de destruir esa red... Pero jugándose la vida en el camino.
Tras haber trabajado como editora en la editorial Planeta, ¿cuál es su opinión sobre el mundo editorial en España?
El mundo editorial en la novela está representado por Fulvia, una editora que se dedica a fabricar best sellers. La editorial busca a una influencer, una presentadora, un cocinero o cualquier personaje famoso, y le propone escribir un libro. El libro aparece firmado por un personaje famoso que en realidad actúa de gancho. Pero el libro se ha creado en realidad en colaboración. Hay una persona que actúa como negro del personaje famoso. Cuando digo negro no significa que se lo escriba de arriba a abajo sino que coge lo que llamamos "el bruto", es decir, lo que ha escrito el personaje famoso, y lo "limpia, fija y da esplendor".
La mayoría de la gente no entiende que escribir una novela no es tener una buena idea en la cabeza, sino saber puntuar, poner puntos y comas, colocar cada parte en su sitio, saber estructurar... Luego te viene gente a los cursos de escritura expresiva convencidos de que si la influencer boba de turno ha escrito un libro, ellos también pueden. Pero ellos nunca conseguirán publicar el libro porque no tienen detrás a la editorial que lo va a retocar. Y es imposible explicárselo porque la gente es bastante ingenua y crédula. Ahora todo el mundo quiere ser DJ porque viene aquí Rivera haciendo de DJ y no saben que un DJ bueno tiene que tener bastante buen oído y un dominio grande de la tecnología. Ahora mismo también todo el mundo quiere ser escritor porque piensan que es muy fácil. A nadie se le ocurre decir que en sus ratos libres quiere ser arquitecto o bailarín de clásico. Entienden que para ser arquitecto, bailarín de clásico, se necesita una formación y una educación. Pero no lo entienden a la hora de hablar de escritura porque se les ha mentido y se les ha convencido de que cualquiera puede hacerlo.
“La mayoría de la gente no entiende que escribir una novela no es tener una buena idea en la cabeza, sino saber puntuar, poner puntos y comas, colocar cada parte en su sitio, saber estructurar...”
¿Cree que está reconocido el papel de la mujer en la literatura española?
Parafraseando a Yolanda Díaz, te voy a dar un dato. Las mujeres constituimos el 52% de la población en España. Apenas llegamos al 28% de las publicadas. En la Real Academia Española ha habido 486 miembros desde su fundación y solo 11 han sido mujeres. Creo que la respuesta se puede deducir.
Este libro lo has autopublicado. ¿Cuál ha sido el motivo para ello? ¿Resulta difícil llevar tú sola el proceso de publicación?
Saqué este libro a parte de un crowdfunding y en menos de 9 días se han agotado los ejemplares de la primera edición que tenía una tirada de tres mil libros. La autopubliqué porque las editoriales, en realidad, se dejan llevar por cuestiones políticas y yo ahora mismo no estoy situada en la órbita de influencia de ningún partido. He sido extremadamente crítica con el PP, del PSOE poco menos que me echaron a patadas y qué podemos decir. La ministra de igualdad se reía mientras me alentaban a tirarme un ladrillo y me llamaban plagiadora y tránsfoba. Aplaudía y se reía y hay un vídeo que lo prueba.
Las grandes editoriales siempre, de alguna manera, tienen intereses políticos más o menos claros y yo resultaba muy complicada para todo el mundo. Además se corrió la voz de que no tenía un carácter fácil. Eso me hundió. Es posible que tuvieran razón en cuanto a lo del carácter poco fácil porque hubo momentos en mi vida en los que bebía de más y no he mentido nunca a ese respecto. La cuestión es que, cuando me decidí a autopublicar, me di cuenta de que funcionaba mucho mejor desde la autopublicación, pero es un trabajo arduo y laborioso y acabas muy agotada. Es posible que en futuros libros vuelva a llamar a las puertas de las grandes editoriales. No sé si es tan posible que me las abran (risas).
“Las grandes editoriales siempre, de alguna manera, tienen intereses políticos más o menos claros y yo resultaba muy complicada para todo el mundo”
¿Qué nuevos proyectos tienes en mente?
La segunda parte de Selene y los cuatro elementos. El final está abierto por algo.
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